«Thom Yorke». La obra muestra un retrato vibrante y expresivo del icónico cantante de Radiohead. El cuadro está realizado en una combinación de técnicas mixtas que incluyen pintura acrílica, spray y rotulador, lo que le da una textura rica y multidimensional. El rostro de Thom Yorke se destaca con su característico párpado caído, capturando su esencia única y su mirada introspectiva. El fondo del cuadro está compuesto de tonos rosas y grises, creando un contraste suave pero impactante que realza la figura central. Hay salpicaduras de pintura en varias partes de la obra, añadiendo dinamismo y energía a la composición. En una esquina del cuadro, se encuentra el icónico logo del oso de Radiohead, que parece estar integrado en la obra como un elemento gráfico que complementa la temática del retrato.